Cayetana

Cayetana

domingo, 11 de noviembre de 2012

OJOS DE NIÑO

¡Cuánto asombro en sus ojos transmitía!
cuanto amor en ellos reflejaba,
cuanta ilusión de éstos desprendía,
de un guiño insinuado ... mi alma arrebataba. 
 
Esa curiosidad con que la vida descubría,
color, dicha, alegría
ternura, calor, caricia
un juguete, un perro, un dulce.
 
Sus ojos … al ver la lluvia,
al ver la luna … fijamente
por vez primera, iluminados.
 
En sus ojos ... mire la vida
el sol abrazando su pequeño cuerpo,
el agua jugando entre sus manos,
sus piernas saltando para alcanzar el cielo.
 
Esos ojos ... puestos en lejanos horizontes,
cuantos viajes, cuantos sueños,
guerrero, piloto, héroe
viajero en las estrellas.
 
Cuando miran los míos … me dicen quiéreme
cuando en mis brazos se cierran … me dicen te amo
cuando se llenan de luz … tu me sonríes
cuando lloran … me siento triste. 
 
Si en la calle paseamos por la tarde ... o por la noche
las luces, los anuncios, la gente
la feria, el barrio
tomado de mi mano … sus ojos se llenaban. 
 
A veces … con enojo me miraban
porque de sus juegos ... yo lo retiraba
cuando de sus amigos ... yo lo separaba
y en sus tareas ... yo lo esclavizaba. 
 
Esos ojos que profundamente inquirían,
se dañan, ¿por qué se dañan?
no juegan, ¿por qué no juegan?
tengo hambre, ¿por qué no como?
me duele, ¿por qué me pegan?
y jamás, jamás tuve respuesta a sus preguntas. 
Ese despertar, tu vida, esa ilusión reflejada
esa alegría cotidiana, ¡esa sonrisa en tus ojos!
los amo, los amo, ¡los amo!
eternamente. 
 
Hoy,
te veo a los ojos
veo en ellos los míos, aquellos que olvide sin darme cuenta,
te amo … ¡ojos de niño!. 

Jesús Macario Del Pilar Rocha
 
 

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